Este árbol cupuliforme alcanza una altura de 8m. Las hojas son largas, brillantes, de un verde vivo, duras, acintadas o lanceoladas y estrechas, y apenas pecioladas. Las flores amarillas, o naranja claro, ligeramente perfumadas y de 5 cm de diámetro, brotan sobre péndulos largos. Florecen a intervalos durante buena parte del año en su hábitat nativo; en climas más frescos, lo hacen en verano. Los frutos son drupas carnosas de forma curiosa, redondeadas y con costillas; al madurar cambian del verde al negro, pasando por el rojo. Algunos las consideran amuletos de la suerte, aunque son peligrosamente venenosas. Estas plantas, sensibles a las heladas, se dan mejor en suelo arenoso y bien drenado enriquecido con materia orgánica. Necesitan riego abundante mientras están en flor. El lugar ideal los resguarda del viento y está a pleno sol o en sombra parcial. Hay que podar las plantas antes de la floración para mantener un crecimiento denso.